Y me vuelvo a caer desde mí mismo
al vacío,
a la nada.
¡Qué pirueta!
No lo sé.
el golpe de rigor, y me incorporo.
Me toco para ver si hubo gran daño,
mas no me encuentro.
Mi cuerpo ¿dónde está?
Me duele sólo el alma.
Pero, lo q son las cosas, en mi propio blog he encontrado la contraentraenda (¿se dirá así?) y, por supuesto, me la dedico a mi misma. Es un poema de Benedetti que me envió un amigo(¿de quién podría ser si no? ¿de quien puede uno tirar para llenarse de belleza de nuevo?): NO TE RINDAS:
No te rindas,
aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo,
aceptar tu sombra, liberar el peso y retomar el vuelo.
No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir los sueños, abrir las esclusas, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor, no cedas.
Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y y porque yo te quiero, porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no cure el tiempo.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos, bajar el puente y cruzar el foso, abandonar las murallas que te protegieron, volver a la vida y aceptar el reto.
Recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida, remontar los cielos.
No te rindas, por favor, AMIGO , no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.
Porque cada día es un comienzo nuevo, porque ésta es la hora y el mejor momento, porque tienes alas y puedes hacerlo, porque no estás solo y porque yo te quiero .
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