sábado, 9 de julio de 2016

UNA NUEVA ETAPA

Siempre hay un lugar, por recóndito que sea, donde una puede ser ella misma. Sin velos, sin corsés, libre...Y por eso he vuelto aquí, para sentir como el aire me golpea la cara, la brisa me enreda mis cabellos, la tierra mojada bajo mis pies, la lluvia me empapa la ropa, el mar me baña desnuda y el fuego me quema el corazón.
Porque si dejo de sentir...muero.

Gracias por regalarme tu libertad.Yo aquí me siento libre.



DAME TU LIBERTAD (Pedro Salinas)

Dame tu libertad. No quiero tu fatiga, no, ni tus hojas secas, tu sueño, ojos cerrados. Ven a mí desde ti, no desde tu cansancio de ti. Quiero sentirla. 

Tu libertad me trae, igual que un viento universal, un olor de maderas remotas de tus muebles, una bandada de visiones que tú veías cuando en el colmo de tu libertad cerrabas ya los ojos. 

¡Qué hermoso tú libre y en pie! Si tú me das tu libertad me das tus años blancos, limpios y agudos como dientes, me das el tiempo en que tú la gozabas.
Quiero sentirla como siente el agua del puerto, pensativa, en las quillas inmóviles el alta mar. La turbulencia sacra. Sentirla, vuelo parado, igual que en sosegado soto siente la rama donde el ave se posa, el ardor de volar, la lucha terca contra las dimensiones en azul. 

Descánsala hoy en mí: la gozaré con un temblor de hoja en que se paran gotas del cielo al suelo. 

La quiero para soltarla, solamente. 
No tengo cárcel para ti en mi ser. 
Tu libertad te guarda para mí. 
La soltaré otra vez, y por el cielo, por el mar, por el tiempo, veré cómo se marcha hacia su sino.
Si su sino soy yo, te está esperando. 



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