martes, 16 de noviembre de 2010

QUIERO DEJAR CONSTANCIA....

QUIERO DEJAR CONSTANCIA en este mi pequeño diario hecho a base de retazos míos y otras piezas y voces prestadas, que, con amor, hablan de los estados de ánimo que me han recorrido en estos casi dos años de andadura.


QUIERO DEJAR CONSTANCIA, decía, que en mi vida, me he rodeado de pocas pero maravillosas personas. Las tengo unas más cerca que otras, en un ejercicio de búsqueda, de falta de prejuicios, de cariño y...de tiempo compartido. Cuando tantos afectos has dejado por el camino, saber que existís, me llena de alegría. Gracias.
Pero esta entrada se la dedico a una mujer, a una amiga (no te mosquees, se que te violentan estas cosas, pero tú también sabes que tengo mi "propio ritmo". Además, no quiero ni puedo, es una promesa que me he hecho a mi misma, no dejarme en el corazón mis mejores sentimientos, no puedo permitirme irme de aquí sin haber sacado lo mejor de mi, sin reconocer lo que para mi tiene valor en esta vida, reconoceros a vosotras.). Es una mujer a la que admiro profundamente y quiero, por su lucha, por su alegría, por su imaginación y porque a su lado....tienes asegurada la risa. La risa que sale de dentro y que se lleva consigo los corsés.
Ella me regalaba esta mañana un poema de benedetti. Y yo, buscaba algo en la red para responder a la altura de ese poema y encontré esto: "DESDE LOS AFECTOS" (de Benedetti, por supuesto). No puedo añadir más. Para TODAS Y TODOS.

2 comentarios:

  1. Inmerso en esta ola beneditiana, aquí tienes este puente:

    No te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra, liberar el peso y retomar el vuelo.
    No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir los sueños, abrir las esclusas, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
    No te rindas, por favor, no cedas.
    Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.
    Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque yo te aprecio, porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no cure el tiempo.
    Abrir las puertas, quitar los cerrojos, bajar el puente y cruzar el foso, abandonar las murallas que te protegieron, volver a la vida y aceptar el reto.
    Recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida, remontar los cielos.

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  2. Gracias, anónimo, gracias por regalarnos estas palabras llenas de fuerza y de esperanza. Déjame que lo tome re-prestado para mi próxima entrada del blog. Es un impulso lleno de vida.

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